jueves, 11 de octubre de 2018

Su ausencia


Fluía en su ausencia como una melancolía extraordinaria, como lagrimas que no quiso llorar pero inevitablemente se le escapaban, en su mente.
Fluía al atardecer, lleno de esperanzas y remordimientos, lleno de sueños y a veces pensamientos. Fluía con ella y alrededor de su cuerpo, extrañaba sentirse libre y en otros brazos que no sean de él. Extrañaba su forma de amar, tan arisca y odiosa al dormir y ahora lo único que quería era sentir su cuerpo por debajo de las sabanas, acostumbrado a perder, a no estar, acostumbrado a sentir esa extraña sensación de vacío por las noches, esa sensación de no pertenecerle a nadie más, que a ella misma, la extraña sensación de no compartir nunca más un café por las mañanas, ni de sus besos somnolientos, ni tampoco sus abrazos recargados de felicidad al saber que su mano descansaba en su cintura. No entendió muy bien como era que se respiraba después de sus besos, y su aroma se extendió por todo su cuarto, dejándola inconsciente de tanto amor. Pero el ya no estaba, y se acostumbró a otros besos, a otros abrazos, y así se idealizo que tenía otra forma de amar; otra diferente, mas ella, más viva, mas cariñosa, no como la anterior, porque no quería volver a lo mismo, no quería repetirse a ella misma dos veces.
Quería fluir con su cuerpo tanto como lo deseara, quería fortalecerse de cada dolor, cada desilusión, cada enojo, cada lagrima, quería fortalecerlo con amor, amor que ella se podía permitir, uno de esos que te dejaban con ganas de mas, quería serlo todo, inolvidable para sus ojos, decidida en su cuerpo, quería amar, amar de verdad (aunque lo había hecho antes), quería borrar esas marcar y empezar de 0. Tenía miedo, ¿Quién no tiene miedo a empezar de nuevo? Empezar de nuevo en otros brazos, fumar las veces que quisiera junto a él en su balcón, coronar las noches de soledad en otros besos y sentir que todo dolor ya no es parte de su cuerpo.
Pero lo primero era lo peor, lo primero fue olvidarse de él, de sus besos, de sus celos, de su sonrisa, porque su sonrisa fue su motor, su esperanza, su todo en realidad.

¿Cómo olvidarse de su sonrisa?

¿Cómo aprender a querer a alguien más que no sea él?

Y lo más importante de todo ¿Cómo aceptar que había perdido, que había perdido al amor de su vida y que nunca más lo encontraría?

No hay comentarios.:

Publicar un comentario